Los adolescentes están experimentando mayores niveles de estrés, lo que también conduce a mayores tasas de suicidio y depresión. Como padre o adulto de confianza, puede ser difícil saber si un adolescente está deprimido, experimentando los altibajos normales de la adolescencia o mostrando tendencias suicidas. Pero no abordar el tema puede ser mucho peor. Nuestros socios del Children's Hospital Colorado profundizan en el tema e incluyen qué hacer y qué no hacer para los padres.
Las tasas de suicidio están aumentando en EE.UU., concretamente entre los niños de 10 a 14 años, según el Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias. Lo mismo ocurre con la depresión: Un estudio reciente de los Centros para el Control de Enfermedades sobre la depresión descubrió que el 5,7% de los niños de 12 a 17 años cumplían los criterios. Tradicionalmente, las causas van desde el mayor uso de teléfonos móviles y redes sociales hasta transiciones importantes o acontecimientos vitales como el estrés familiar o los antecedentes familiares.
A Encuesta realizada en 2018 por la Asociación Americana de Psicología descubrió que los jóvenes de 15 a 21 años están cada vez más estresados por noticias de gran repercusión, como:
- Tiroteos masivos
- Cambio climático
- Aumento de las tasas de suicidio
- Separación y deportación de familias inmigrantes
- Acoso y agresión sexual
"Es difícil identificar una sola razón o factor", afirma el psicólogo infantil y adolescente del Hospital Infantil de Colorado. Dra. Laura Anthony. "Pero las señales de advertencia de suicidio son bastante consistentes".
Sea cual sea la causa, dice el Dr. Anthony, existe una correlación directa entre el aumento de las tasas de suicidio y la depresión, y afecta a los adolescentes independientemente de su raza, clase social o procedencia. Para los padres, la prevención empieza por conocer las señales.
Depresión frente a angustia adolescente normal
Cierto grado de estrés es normal en la adolescencia, pero los adolescentes de hoy en día declaran estar más estresados que nunca. Entonces, ¿cómo saber si un adolescente está deprimido? Puede ser difícil saberlo, admite el Dr. Anthony, porque el mal humor suele ser una característica inherente a la adolescencia. Las grandes diferencias son la duración y la intensidad de los síntomas.
Los cambios de humor y los sentimientos de tristeza son normales, pero no suelen durar más de unos días. La depresión implica sentimientos de desesperanza, irritabilidad, ira y frustración que duran mucho más y se interponen en la vida cotidiana. Cambios en los hábitos alimentarios o de sueño, disminución del rendimiento escolar o deportivo, declaraciones de autolesión, pérdida de interés por los amigos o retraimiento social, o abandono de actividades que solían gustarles: todos ellos son indicadores de una posible depresión.
Signos de depresión
- Enfado, frustración o llanto prolongados
- Abandono de actividades que antes disfrutaba (deportes, clubes, etc.)
- Pérdida de relaciones o falta de interés por ellas (amistades entre iguales, relaciones románticas).
- Problemas para dormir o sueño excesivo
- Cambio en el apetito: no comer o comer demasiado, lo que puede incluso afectar al peso.
- Sentirse con menos energía, como si todo le costara demasiado esfuerzo
- Se mueve o habla despacio (o demasiado deprisa si muestra signos de manía).
- Dificultad para concentrarse o recordar información, que puede incluir un descenso del rendimiento académico.
- Aumento de pensamientos o referencias a la muerte o al suicidio, incluyendo conductas autolesivas.
Mayor riesgo de suicidio para los adolescentes deprimidos
Los adolescentes y los adultos jóvenes aún están desarrollando el sistema límbico del cerebro, que regula sus emociones, así como su corteza prefrontal, encargada del control de los impulsos y del pensamiento orientado al futuro. La combinación de depresión, desencadenantes emocionales intensos, pensamientos impulsivos de huida e incapacidad para ver la dificultad actual como algo temporal pone a los adolescentes y adultos jóvenes en mayor riesgo de tomar una decisión potencialmente fatal.
La depresión es, con diferencia, el mayor factor de riesgo de suicidio, pero se puede tratar con ayuda. La clave está en detectarla. De hecho, el La Academia Americana de Pediatría recomienda un cribado anual de la depresión para adolescentes.
Qué hacer por un adolescente con depresión
Los padres no tienen por qué esperar a una prueba de detección de la depresión si notan algo raro en su hijo adolescente. Una conversación es un buen punto de partida. La depresión aísla, y el mero hecho de sacarla a la luz puede ser terapéutico en sí mismo.
Si los padres sospechan que su hijo puede tener depresión, su mejor primer recurso es probablemente su médico de cabecera, que puede remitirles a otros recursos si es necesario. Por lo general, el tratamiento incluye terapia de conversación y, a veces, medicación.
Una gran ventaja de la terapia: Los padres no están necesariamente capacitados para detectar los signos de suicidio, pero un terapeuta sí. Al desarrollar una relación de confianza con el adolescente y su familia, un terapeuta puede detectar señales de problemas y tratarlos antes de que empeoren.
Cómo hablar con los adolescentes sobre el suicidio
Incluso si un adolescente no está mostrando signos de depresión, dice el Dr. Anthony, lo más importante que los padres pueden hacer para prevenir la depresión es evitar la depresión. suicidio es hablar de ello con sus hijos. Al igual que el sexo, las drogas, el acoso escolar o cualquier otro tema que afecte a los adolescentes, el suicidio está cargado de incomodidad y estigma. Abunda la desinformación, lo que hace que sea mucho más importante hablar de ello. Y una conversación sincera sobre el suicidio permite a los adolescentes saber que pueden acudir a ti si lo necesitan.
Por supuesto, el suicidio no es el tema más fácil de abordar. El Dr. Anthony ofrece algunos consejos para iniciar la conversación (y mantenerla positiva):
Saca el tema con naturalidad
Aproveche los programas de televisión y la cobertura mediática del tema para iniciar una conversación. El Dr. Anthony recomienda un enfoque indirecto: "Algo así como: 'Oye, he leído un artículo sobre esto. ¿Qué te parece?".
Si su hijo o adolescente le pregunta por qué alguien se suicida, intente responder de forma proactiva: "No sé por qué no intentaron buscar ayuda. Hay mucha ayuda disponible, y el primer paso es siempre acudir a un adulto de confianza. Espero que si tú o alguien que conoces tiene pensamientos suicidas, hable conmigo al respecto".
No te preocupes por "meterles ideas en la cabeza".
"Una conversación no va a hacer que un chico se deprima o se vuelva suicida", dice el Dr. Anthony. De hecho, hablar abiertamente del suicidio con los adolescentes puede mitigar los efectos de un suicidio en una comunidad, ya que los suicidios "imitados" suelen estar alimentados por el glamour y las ideas erróneas.
Contrarrestar el estigma
Cualquier cosa que un niño interprete como un juicio o un estigma puede hacer que se cierre en banda y no quiera volver a hablar de ello. "Si un niño expresa esos pensamientos, mantén la calma", dice el Dr. Anthony. "Tómatelo en serio y escucha, pero, en la medida de lo posible, contiene tu propia reacción emocional. Los niños van a ser hipersensibles a tu percepción de ello, y muchos niños percibirán la reacción temerosa de un padre como enfado, lo que aumenta el secretismo en torno a ello."
Únase a nosotros en acabar con el estigma de la salud mental.
No intentes arreglarlo
En lugar de eso, escucha a los adolescentes, sé comprensivo y busca ayuda profesional. No discutas con ellos ni les digas que no deberían sentirse como se sienten, y ten mucho cuidado de no decir nada que pueda hacerles sentir vergüenza. Permanece atento a cualquier pauta, cambio de humor, pérdida de esperanza en el futuro o cambios en las notas o el rendimiento deportivo.
Haz "escucha, escucha, escucha"
El Dr. Anthony anima a los padres a confiar en sus instintos si su hijo adolescente parece diferente. Llame a la línea directa de prevención del suicidio, a un pediatra o a Children's Colorado; los profesionales pueden dirigirle a la ayuda adecuada. Si cree que existe un peligro inminente, llame al 911 o acuda a urgencias. Los servicios de urgencias pueden realizar evaluaciones psiquiátricas.
Recursos para la prevención del suicidio
Si tú o un ser querido estáis teniendo pensamientos de autolesión, llama a una de las líneas de crisis que aparecen a continuación. No está solo.
- En Colorado: Llame al Línea de crisis de Colorado en 844-493-8255 (HABLAR) o envíe un mensaje de texto "HABLAR" al 38255.
- En Estados Unidos: Llame al Línea nacional de prevención del suicidio en 800-273-8255.
Más información Instituto de Salud Mental Pediátrica.